domingo, 8 de marzo de 2015

Doctor, no se qué le pasa


Es común llegar a revisar a los pacientes hospitalizados en piso, la mayoría de ellos a cargo de medicina interna y recibir la queja de sus familiares y acompañantes de que no son los mismos, que están hablando incoherencias, no sabe dónde está y llega a olvidos hasta de su propia familia. Esto se conoce con el nombre de Delirium o trastorno confusional.

El delirium es un síndrome, no una enfermedad, de etiología compleja y a menudo multifactorial, que culmina en un patrón similar de signos y síntomas referentes al nivel de conciencia y deterioro de funciones cognitivas del paciente especialmente en la atención. Clásicamente, el delirium tiene un inicio súbito de horas o días, su evolución es breve y fluctuante, mejorando rápidamente si se identifica y elimina el factor causal, aunque todas estas características pueden variar según el paciente.

Se presenta con frecuencia más alta en personas de edad avanzada hospitalizados y varía. En la comunidad en general (l% -2%) Aumenta con la edad (14% en > 85 años) y lo llegan a presentar hasta el  83% de todas las personas al final de la vida.

Factores de riesgo:
      Deterioro funcional
      Inmovilidad
      Caídas
      Bajos niveles de actividad
      Uso de drogas (alcohol)
      Medicamentos psicoactivas (anticolinérgicos)

Se caracteriza por:

1.    Alteración de la atención
·         Capacidad reducida para dirigir, centrar, mantener o desviar la atención

2.    Alteración de la conciencia
·         orientación reducida al entorno

3.    Alteración en el ciclo sueño-vigilia.
      Somnolencia diurna
      Agitación nocturna
      Dificultad para conciliar el sueño
      Estado de vigilia durante toda la noche

4.    Trastornos emocionales
      Ansiedad
      Miedo
      Depresión
      Irritabilidad
      Ira, euforia y apatía.
      cambios emocionales rápidos e impredecibles

Estos cambios de comportamiento son frecuentes en la noche dada la baja estimulación y señales ambientales. Este punto es de gran importancia para el abordaje pre delirium y el tratamiento no farmacológico en el cual se le pide a los familiares mantener activo al paciente en el día, en cuartos ventilados e iluminados y recordándole a diario el día y fecha en que se encuentran.

Respecto al tratamiento farmacológico Los dos principales síntomas del delirium que pueden requerir tratamiento farmacológico son la psicosis y el insomnio. Los neurolépticos han demostrado ser los fármacos de elección para el tratamiento de estos síntomas

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